5.10.10

Gato

El gato voló por la ventana. No me refiero a que la rubia explosiva que se autodenominaba su dueña lo dejase caer por el alféizar; ni que el zopenco integral de su novio, en un alarde de demostrar la productivas que son sus treinta horas de gimnasio semanales, lo lanzase simulando que se trataba de una prueba de martillo olímpico. Nada de eso. Me refiero a que, literalmente, voló por la ventana. Estaba harto de la hipócrita de su 'dueña', y le desagradaba cada vez que ella trataba de presumir de los peinados horrorosos que le obligaba a soportar; o tal vez estaba hasta sus felínicos testículos de esas interminables sesiones de peluquero gatuno que le provocaban una rabia únicamente comparable a la sensación al repetir una de estas absurdas colas para las becas simplemente porque es necesario poner el Srta antes del nombre, o cuando vas con demasiada prisa y la inoportuna guardia civil se levantó en ese día que trabajan y lo llenan todo de controles, o incluso cuando pasas meses planeando al detalle el asesinato que te llevará a los anales del mundo criminalístico y tu objetivo tiene la genial idea de sufrir un infarto esa mañana acabando con su vida. Pero ni siquiera era sólo eso, ya que tampoco aguantaba al insoportable de su novio con esa sonrisa de retrasado, esos comentarios estúpidos que todas ríen para lograr tocar sus músculos desnudos algún día, y no sólo imaginárselos con la puriempleada alcachofa de la ducha. No era capaz de mantenerse cuerdo con esa situación, por lo que el gato optó por poner a prueba al señor Murphy y volar por la ventana esperando que no se cree un bucle espaciotemporal como aquel caso de un compañero suyo que saltó con una tostada de mantequilla atada a la espalda. Aunque, temiendo por su vida, buscó la ayuda de una capa roja para lograr algo más de planeo y una caída menos dolorosa. O, por lo menos, más espectacular. Así que voló. Con un salto en carrera entró por el marco de la ventana, y surcó sobre el alfeizar sintiendo cómo el gélido viento matutino de un octubre especialmente frío en la capital le cuarteaba la retina resecándola a límites teóricamente inalcanzables, impidiéndole que los mantuviese abiertos para observar el paisaje fugaz de una caída libre a través de siete largos pisos. La capa ondeaba frenéticamente durante toda la caída, haciendo figuras en conjunto con su cuerpo. Disfrutaba cada momento de esa interminable e instantánea caída. Jugaba haciendo tirabuzones, vueltas y figuras dignas de un medallista de trampolín. La gente le señalaba entre las ventanas y bajo su sombra en la acera, unos con gritos de sorpresa y otros riendo por la cómica figura que no podía evitar hacer.

27.9.10

"You. You are like that. You and your dad both care so much. It's... it's why girls fall in love witch the guys of your family."

11.9.10

Innamorato



"Se tu apparissi ora
Come sei
Con quel tuo modo di guardare ...netto
Coi tuoi capelli
Che come un sipario
Si aprono soltanto
A chi ha il biglietto
Io nuovamente ancora un'altra volta
Mi sentirei cos?
Come mi sento
Incatenato nella tua atmosfera
Imprigionato
Come piuma al vento
Io per la prima volta nuovamente
Mi sentirei cos? come mi sento
Ancora un'altra volta nuovamente
Starei proprio cos?
Come sto adesso
Innamorato"


Jovanotti
Innamorato

10.9.10

"La injusticia no descansa, así que yo tampoco."


Porque de alguna manera tendré que saciar estas ansias de convertirme en un héroe que consiga un mundo mejor para que tú puedas ser feliz.

9.9.10

Cuarto

Ese cuarto es mi refugio. Si, creo que sabes perfectamente a cúal me refiero, ¿no? Ese del piso de la calle  Felipe IV. Vamos, en esa calle donde guardo una infinidad de recuerdos: los dulces de la panadería que la empieza con ese dependiente que siempre intenta convencerme regalándome un trozo de un dulce nuevo, el periódico que le sigue con esa chica siempre sonriente y la floristería que alguna vez me ha salvado de ciertas urgencias. El que está en el número cuarenta y cuatro, el portal viejo sin ascensor que al principio nos mataba hasta llegar a mi 4ºD. Con su hall austero que te lleva a la cocina que ha sufrido cientos de experimentos míos. Y, por fin, al fondo a la derecha: el cuarto. Ha sido sinceramente mi refugio. Mi vía de escape a la vida que bullía incesante en todas direcciones pero me tenía que pedir permiso para entrar a ese cuarto. Ahí encontré la calma. Ahí encontré el amor, o tal vez sea mejor dicho que el amor me encontró a mí. En él me descubrí, me apoyé, me analicé y crecí. Fue dónde me desahogué de todo lo que me impedía continuar y dónde encontré soluciones a todo lo que creía que era un problema. Dónde luché por mantener lo que más me importaba y disfruté de cada uno de los placeres que me concedía. Donde caí en la mejor de las tentaciones hasta que se transformó en milagro, ya que un don así sólo debe de estar permitido en el cielo. Donde me enamoré hasta límites insospechados y me sorprendí día a día encontrando la felicidad en lugares que no creí hallarla. Amo sin duda a ese cuarto, y todo lo que él representa. Todo lo que tiene relación con él y le hace así ante mis ojos. Todavía recuerdo cuándo me mudé a él, lo recuerdo perfectamente. Fue un 8 de Mayo; y lo que tengo claro es que si hace falta me encadenaré a él, pero no pienso abandonarlo mientras sigan quedándome piernas con las que patalear y brazos con los que aferrarme. Sin duda alguna, éste es mi lugar.

8.9.10

Lasaña

Después de buscar y rebuscar ya he encontrado la receta perfecta. Sí, al parecer se refería que no bastaba con las láminas de pasta, sugo con un poco de carne de cerdo desmenuzada, bechamel hecha con cuidado y abundante queso. Sí, es cierto, así se hace la lasaña pero no está en eso el secreto. Se refería que si quería conquistarte con ese plato debía de hacerlo con sumo mimo, como si cada uno de los alimentos se tratasen de prologanciones de tu cuerpo. Debía disponer con una ternura exquisita la fina capa de pasta y rociarla con cariño del tomate. Debía irlo dejando caer, sin salpicar, sin dañar la composición ni la armonía golpeando con la cuchara la pasta. Debía medir cada una de las acciones como si estuviera haciendo una operación a corazón abierto en vez de un plato de cocina. Porque de eso se trataba, sin duda. Estaba exponiendo todo mi amor sobre la vajilla que te iba a decir. Con ella no buscaba simplemente un mensaje hacia tu paladar, ni siquiera hacia tu agradecido estómago. No se trata de un simple 'Oh, Dios, esta lasaña está exquisita'; sino una pura demostración de que por tí puedo crear arte. Porque, sin duda alguna, es lo único que te mereces: Arte. Si te quiero conquistar con esta cena, el secreto está en los detalles. No basta con poner velas, sino debo disponer de la vajilla ideal, colocada con cuidado sobre el mejor mantel y apoyadas en él las velas. No se trata tampoco de dejarme el sueldo en ello; simplemente de preocuparme en elegirlo, de intentar lograr la armonía perfecta para que mis ojos puedan cantar sin necesidad de abrir los labios. Producir una sensación de comodidad que creen la magia sola. Y entonces, entre los dos, convirtamos en una obra de arte esa noche, comenzando con la cena y sólo Dios sabe cómo terminaremos. Sin duda alguna, ese es el secreto. Y ahora, por fin, ya lo entiendo.

PD: A parte de eso, también me aconsejo unos toques de canela, una onza de chocolate y un chupito de limoncello. Opcional que las velas sean arómatica, un bote de aceite para masaje y algo de ambientación musical italiana, para buscar una armonía mayor. Cómo si fuera fácil encontrar algo de música italiana entre las interminables filas de CDs de mi casa...

7.9.10

No te rechazaré

Tranquilízate siéntate cómoda conmigo.
Soy Walt Whitman, generoso y vital
como la naturaleza.
No te rechazaré mientras el sol no te rechace.
Y hasta que las aguas no se nieguen a centellear para tí
y las hojas a susurrar
para tí, tampoco se negarán mis palabras
a centellear y susurrar para tí.
Mi muchacha, concierto contigo una cita,
y te conmino a que te prepares para ser
digna de encontrarte conmigo.
Y te conmino a que seas paciente
y perfecta hasta que yo llegue.
Hasta entonces, te saludo con una mirada
llena de significados para que no me olvides.
Walt Whitman 

6.9.10

Seiscientos cuatro mil ochocientos


Una semana, y todo volverá a empezar. Y la vida volverá a surgir de nuevo en el mundo. No sé si los pajaritos volverán a cantar o nunca dejaron de hacerlo, pero por fin yo sabré escucharlos. Lo mismo sucederá con los atardeceres, los árboles y los niños repelentes que me hacen tanta gracia. Siete días, y todo volverá a cobrar sentido de nuevo. Entenderé porqué la gente hace tantas canciones sobre el amor, e incluso la letra de algunas me harán sentirme identificado. Todas esas películas extremadamente cursis significarán algo, e incluso esas series que yo siempre creí que fueron para niñas. Volveré a sentir como cada latido de mi corazón es más costoso de lo empalagosa que se está volviendo la sangre. Ciento sesenta y ocho horas, y volveré a tener un apoyo. Un sustento, un clavo ardiento, un hombro que cuando sea necesario se convierta en mano para abofetearme y hacerme entrar en razón (obviamente con el sumo cuidado de usar unos guantes de seda, para no resultar dolorosa). Una mano suave con la que pasear, un trasero firme donde poder sostenerme para no perder el esquilibrio, un mar de pelo en el que ahogarme cuando no puedo evitarlo y caigo en ti. Una obra de arte que admirar cuando no se requieran mis sentidos para nada más. Diez mil ochenta minutos, y volveré a tener algo en lo que invertir mi tiempo. Podré volver a jugar a dibujarte sonrisas cuando menos te lo esperas o cuando te creías incapaz de sonreír. Buscar motivos para hacerte soñar, ilusionar, luchar por lo nuestro... darte motivos para sentir lo que ya estás provocando en mí. Seiscientos cuatro mil ochocientos segundos, y podré decirte por fin, que... bueno, no tiene sentido desvelarlo ahora. Cada detalle a su debido tiempo.

5.9.10

Sorprenderme

- Y entonces me vienes a buscar a la puerta de mi casa. Bueno, la verdad es que no era mi casa literalmente, sino una especie de casa un poco alejada de la civilización pero no demasiado. Habíamos quedado sobre las ocho de la tarde, pero tú querías sorprenderme llegando un cuarto de hora antes aunque eso provocase que tuvieras que esperar porque no estuviese lista. Mientras gritas mi nombre por la ventana para que me asome yo, sorprendida, me coloco un poco el pelo para sorprenderte estando preciosa. Me asomo por la ventana y te veo frente a mi puerta con los brazos abiertos mirando hacia mi ventana y cabalgando un precioso caballo. No podía creerme que te viera montado sobre un precioso caballo color crema con la crin y la cola bastane más oscura, casi de tono negro. Era precioso, y tú me estabas sonriendo al ver que no disimulaba la cara de sorpresa. Yo corro escaleras abajo sin importarme que no esté terminada de arreglar y abro la puerta para poder tocarlo... bueno, obviamente también para darte un beso de saludo. Cuando abro la puerta me encuentro con un pequeño ramo de flores apoyados en la entrada de la casa y colocados cuidadosamente sobre una carta con un bonito 'Te amo' en la solapa del sobre. Cojo las flores y las huelo, disfrutando del olor que desprenden en conjunto y oliendo una a una las diferentes rosas que me has traído para captar sus matices distintivos. Apoyo las flores en la mesilla de la entrada y voy corriendo a tu encuentro, que estás trotando con el caballo en círculos esperándome. Cuando me acerco te inclinas hasta poder besarme y extiendo la mano para acariciar la crin del caballo y su suave cabeza. Es acojonantemente bonito, y yo no puedo dejar de sonreír. Me tiendes la mano para ayudarme a montar y yo con miedo la rehuso, hasta que de un tirón me subes detrás tuya. 'Princesa, ya que no te la pude dar en tu momento, te voy a dar una primera cita de ensueño ahora; para que acabes tan enamorada de mí como yo lo estoy de ti'. Yo me agarré fuerte a tu cintura para no soltarme jamás, mientras tú golpeabas con los talones al caballo para que comenzase su movimiento.
- ...
- Bueno, yo ya te he contado qué es lo que más me gustaría ahora mismo. Ahora dime, ¿cuál es tu sueño?
- Que pudiésemos estar teniendo esta conversación mirándonos a los ojos, no por medio de un teléfono. El resto es puramente secundario.

4.9.10

Hadángel

Hadángel.
Esa es sin duda la palabra que elijo para describirte. Sí, es cierto, es una palabra inventada; o más que inventada el término sería la unión de dos palabras ya definidas, aunque no es totalmente fiel a su definición. Me explico. En primer lugar explico porqué uso términos fantásticos, aunque eso resulta claro a primera vista: tú es imposible que seas humana. Refiriéndome como humano a un animal imperfecto, limitado y con una serie de adjetivos intrínsecos en su naturaleza que, en muchos aspectos, en ti sólo se dan un aire a tus cualidades. Hay humanas bellas y atractivas; pero como toda cualidad animal tiene una limitación, cosa que en tu caso deja de existir o supera el umbral. Hay humanos que cuidan, luchan y son capaces de levantarse cuando no queda más; pero sigues estando a otro nivel, simplemente. Hay animales fogaces, protectores y juguetones; pero se mantienen a un nivel insuficiente para considerarlo comparación. Hay otras personas que ríen, e incluso que es agradable la sensación de provocar su risa; pero no son capaces ni de imaginar el resto de mortales la sensación de conseguir alegrar uno de tus malos días. Simplemente, es otro nivel, dudo francamente considerarte como humana.
La otra pregunta es porqué fusionar un Hada y un Ángel. El segundo, un ser celestial descrito en innumerables ocasiones como la obra maestra del Creador, dotados de una belleza sin par y capaces de deslubrar a cualquier mortal simplemente observarlos, llegando a considerarlo en su mayoría de ocasiones como un delirio o un espejismo de los sentidos. Siendo descrito así en numerosas ocasiones simplemente me parece escogido a la perfección. Hada... lo de hada es otro cantar. Es algo más mundano, más básico, pero por ello menos importante. No me refiero a tu tamaño, obviamente, sino a que... bueno, digamos que hay ciertos polvos que sólo pueden ser mágicos. Y... ¿No es eso lo que guardan las Hadas?

3.9.10

Maquillaje

Te quitabas el maquillaje con prisas frente al espejo, deseando terminar de una vez para coger por fin la cama. Te habías puesto espectacular esa noche, aunque te desquiciaba que yo no valorase que te pintaras la cara. Pero lo habías hecho y habías triunfado como ninguna con ese vestidito blanco con vuelo que era inevitable mirar mientras te movías, con ese pelo recogido por encima y suelto sobre la nuca bailando con tus movimientos bruscos de cadera. Era un placer observar esa mirada de deseo con los ojos penetrantes que lograban unos toques de rimel, disfrutar con esos labios provocativos que despertaban a todos los hombres de local con una simple sonrisa o cuando simplemente te mordías el labio. Estabas absolutamente increíble sobre esos tacones que convertían tus piernas en esculturas dignas de Miguel Ángel, te habías puesto sencillamente brutal y lo habían disfrutado todos los palurdos que esa noche tuvieron el privilegio de verte bailar. Tú disfrutabas como nunca observando cómo se peleaban por tenerte simplemente en su ángulo de visión, y me mirabas con picardía tratando de provocarme para que me arrepintiese y dijese que me encantas maquillada. Pero yo sólo te observaba, y tu rabia te hacía coquetear más con los incrédulos chicos que te rodeaban intentando bailar, imaginando que por fin habían encontrado al mujer de sus sueños y ésta les hacía caso. Ingenuos... no sabían que se trataba sólo de un juego.
Pero ahora estabas en nuestro baño, quitándote el maquillaje frente al espejo y sacando a la luz esos ojos cansados debajo de la pintura. Te soltaste el pelo descolocado de tanto humo y sudor. Dejaste caer el vestido y lo doblaste con para traerlo al cuarto mientras yo no podía dejar de mirarte a los ojos. Me sonreíste coqueta, sorprendida porque no te quitara ojo y bromeaste con que si no me iba a dormir ya. 'No me perdonaría nunca si me quedase dormido ahora, cuando te has puesto increíblemente guapa para mí'. 'Porque lo que de verdad me importa es que tú me termines por ver guapa, lo que vean el resto... no deja de ser un juego'. 'Juego será lo que haremos ahora, mi princesa. Cuando ellos siguen soñando con la belleza que vieron en el local, y yo te demuestro porqué soy yo el que acaba acostándose con ese ángel'. Me besas con tu ternura exquisita, yo te acerco con mi tacto pasional. '¿Apago la luz, o la dejo encendida?', fue lo último que me susurraste sin que contuviese jadeos.

2.9.10

Palabras

Y de nuevo me enfrento al mismo bloc de notas. A ese archivo con un nombre estúpido que me mira desde el escritorio todos los días esperando a que vuelva a abrirlo y me ponga a escribir de nuevo. Nada de anotar la URL de una canción, una frase romántica o un tema que se me olvidó comentarte en la última conversación; sino escribir de verdad, tratando de hilar las palabras como si del más exquisito de los vestidos rojos se tratase, tratando de cocinar las frases y añadirles unos detalles de tomillo, perejil y por supuesto orégano. Está suplicándome a gritos que vuelva a escribir algo que merezca el nombre como tal, que se pueda considerar texto y no un par de oraciones mal labradas. Pero la pregunta es... ¿Qué decir? Podría escribirle una oda a tu pelo, podría enumerar la infinidad de escusas que me inventaría para que pasases esta tarde conmigo, podría discutir sobre política esmerándome al máximo como si fuera a cambiar algo del mundo mi reflexión... pero no me sale. No me sale ninguna de esas palabras, simplemente como un tonto soy capaz de repetir te quiero. A veces con esas mismas letras y otras trato de citar series tontas, libros de fantasía que no tienen nada que ver con el amor o canciones... pero, en el fondo, sólo intento repetirte, una y otra vez, te quiero. Porque me arrepiento de no ser capaz de escribírtelo como de verdad te mereces, describírtelo con palabras tan dulces que se te empalague la lengua al leerlas, que te provoquen lágrimas dulces que de gusto relamerlas después de que recorran tu mejilla. Me gustaría escribir algo que te provocase un vuelco en el corazón, que contenga tu respiración hasta que termines de leerlo y al acabar disfrutes de cada una de tus inspiraciones saboreando el aire de la vida al sentrite amada. Me gustaría que al leerlo sintieses cómo se enciende en tí cada centrímetro de tu piel, que te cambia la mirada al volverme a encontrar y arder de deseo. Me gustaría llegar a escribir algo que te hiciera sentir lo que mi cuerpo sufre cada vez que te ve... el placer de amar a alguien. No pasa nada, seguiré buscando las palabras como siempre, no tengo ninguna prisa...

1.9.10

Anhelo

Anhelo incluso al aire cargado que exhalabas en cada respiración cuando te tumbabas a mi lado, dormida. Anhelo tus insultos, tus risas maliciosas, tus sonrisas picaronas y tu forma de picarme. Echo en falta tu olor corporal, la mala uva que se te pone con la regla, la forma en la que me desesperas para sacarme de quicio. Echo en falta incluso tus eructos. Pero lo que más echo en falta, sin duda, es tu voz susurrándome 'te quiero' en cada uno de los besos con los que me colmabas.

30.8.10

Bacterium

-Sit down. Took you long enough to find me, I've been wanting to talk to you. I got to say... I have mixed feelings about that.
-S... so is this the part where... Where you kill me?
-You have an inflated sense of your importance. To a thing like me, a thing like you, well... Think how you'd feel if a bacterium sat at your table and started to get snarky. This is one little planet in one tiny solar system in a galaxy that's barely out of its diapers. I'm old, Dean. Very old. So I invite you to contemplate how insignificant I find you.

28.8.10

Debería poder volver a escribir. Debería ser capaz de escribir porque tengo un nudo dentro y no soy capaz de escupirlo con palabras, y no sé llorar. Debería ser capaz de describir cómo me arde la piel de no sentirte cerca mía, de no disfrutar de tu piel que me calme. Ser capaz de describir cada una de las cosas que echo en falta de ti, que necesito. Escribir que estoy en una situación que vuelvo a plantearme ir a verte... aunque carezca de sentido. Debería poder volver a escribir. Pero sólo soy capaz de decirte que te amo, y esperar que vuelvas a mí.

27.8.10

¿Qué sentido tiene salir? Ya tengo novia

26.8.10

Cuando te acercas a los treinta ya has salido con algunas personas. Pero, cuando estás en una relación, por pura cortesía debes fingir que no lo has hecho.


-Siento mucho haberte hecho rebelar el secreto
-¿Sabes qué? Ahora me conoces mejor, y eso me agrada


Lo que quería decirte es que me encanta ser la persona con la que desahogas. Así que... ¿Qué tal el día?

25.8.10

"Hermanos:
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional.
Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de la profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca."

PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS

24.8.10

- La cuestión es... ¿Cuánto llevas sin mojar?
- 57 días...
- ¿¡57 días1!? ¡Ted, estás a dos velas!
- No, no estoy a dos velas. Es un paréntesis voluntario de sexo, a dos velas es cuando te expulsan cada vez que que sales al campo. Pero yo estoy fuera de juego. Estoy en el vestuario, sentado en el jacuzzi y, te diré más, se está bastante agusto.


Cuando pasen las dos de la mañana, id a dormir, Porque las decisiones que se toman después de las dos de la mañana son siempre equivocadas.

23.8.10

Un trato es un trato


-Creía que el matrimonio era cosa de dos personas con igualdad de condiciones.
-Pero yo soy la novia. Mando yo.


Las parejas requieren esfuerzo, compromiso, sacrificio... es duro. Pero cuando estás con la persona adecuada es fácil. Si cuando miras a tu chica sabes que ella es todo lo que quieres en tu vida, debería ser lo más fácil del mundo. Y si no es así es que no es tu chica.

22.8.10

- ¿Pretendes emborracharme?
- Para empezar....

21.8.10

Tanta suerte

"Hace un calor infernal, una asquerosa habitación, de un asqueroso barrio, de una asquerosa ciudad, contemplo a una diosa, me dice que me desea, no perderé ni un segundo mas preguntándome cómo he podido tener tanta suerte. Huele como deben oler los angeles, la mujer perfecta, una diosa, Goldie dice que se llama Goldie."


Sin city

20.8.10

Reciclar

No tengo...
No puedo dejar de pensar en tí... pensaría en otra persona, pero para pensar no estoy, y tampoco para comer. Aunque una tarta si, por favor, y con sirope de fresa, ¿Cuánto es? No tengo, ni tampoco tengo sueño, no mamá, eso es absurdo, como un día de verano sin sol, ¿Por qué lo llaman sol? Yo lo llamaría Paco, como el conserje, ¿Qué tal? Yo con sueño, no, no tengo sueño, ni tampoco ganas de pensar, y menos todavía de pensar en tí.

¿Por qué no te das cuenta que te quiero? Es sencillo, te quiero. Es sencillo, pero no facil, no digas que no! No, no lo digas, esto está mal, pero aquello está bien, aunque con chocolate estaría mejor, y sin tanta estupidez. Piensas que estoy loco? Yo no pienso, no fumo ni bebo, pero si cago, y la cago, ayer cagué, y la cagué. No quiero volver a estar contigo, pero no quiero alejarme de ti, ¿Me oyes? Yo no oigo nada... no tengo oido, ni sueño, ni ganas de pensar, y menos todavía en tí, ni tampoco tengo cordura.

No me besas... y yo sueño con eso. Sueño contigo siempre, pero si no tengo sueño! Tampoco tengo ganas de pensar, y menos todavía en tí, ni cordura, ni palabras que decir. No, no soy así. No soy como crees... y no creo como soy. Tampoco creo en dios, pero si en Paco. Paco existe... ¿Lo ves? Yo no te veo... y me gustaría verte. Estás guapa... te estoy viendo si cierro los ojos, pero no puedo escribir, ya no te veo. Ahora veo tus labios, dicen algo, no lo entiendo, ni a mi profesora, que fea, pero tú no, tu eres preciosa. Te regalaría algo.. pero no tengo nada que te guste. Tampoco tengo sueño, ni ganas de pensar, y menos todavía en tí, ni tampoco cordura, ni oído... ni corazón. Donde estará? Creo que lo tienes tú...



Miedo...
Late... late por tí? Lo oyes... Tum-tum... suena como una puerta, abro la puerta, es mi vecino, quiere sal, entra, y sale con la sal. Sale y entra... como cuando estás en medio de... el cine.. y alguien va al baño, tengo ganas de ir al baño, ¿Vienes conmigo? No voy contigo a ninguna parte, ¿Y a alguna parte? Si, pero en coche, que tengo miedo al avión. Yo tengo te tengo miedo a tí, y al avión. El miedo lleva al lado oscuro, enciende la luz, pero no veo la tele, la tele mejor no verla, es la peor droga... achis! me he puesto malo de tanta droga, pero no tan malo como cuando te veo.

Suspiro... No puedes escucharlo? Tu no puedes hacer nada, ni tú, eres menor de edad. Pero si soy grande... pero eres demasiado pequeño, aunque tengas pies de gigante, tengo miedo a tus pies, y al avión y te tengo miedo a tí. Con esos pies llegas rapido a todos lados, no paras de caminar, ¿Quieres estarte quieto? Pareces un niño... no eres mayor, si, lo soy, mamá, este niño me quiere pegar, corro y huyo, me tiro al suelo, me teletransporto... y aparezco a tu lado. Estás tumbada... en la cama con el pijama azul, como el cielo en una tarde azulada, y tengo miedo de que no sé controlarme. Estás preciosa... y yo no puedo controlarme. Tengo miedo... como también tengo miedo del avión, de tus pies, y de tí.

Imagino... ¿No puedes verlo? Estás ciega... ¿Dónde está tu perro? Te voy a comprar uno, marrón, como todos, como la mierda de ese parque, donde me tiraba contigo a ver las estrellas, tan lejos que están, como tú. Tengo miedo de que te alejes demasiado... y de los aviones, y de tus pies, y de no poder controlarme... y te tengo miedo a tí. Si te alejas mucho no podré ir a buscarte en avión, les tengo miedo, entonces tendré que ir en moto, pero mi madre no me deja, y no tengo moto. Me puede llevar una amiga... prestame la moto, no, vale, adios. Fin de la conversación... empiezo otra. Hola. Adios. Una tia demasiado sosa para poder hablar con ella... decido alejarme de ella, pero no tanto como tu te alejas de mí.

Sueño... sueño contigo, como siempre, apareces a mi lado, que ironía, sé que eso es imposible, pero nada es imposible, yo también veo los anuncios, me los creo, lavan mi cerebro, pero no usan jabón, así que se vuelve a llenar de mierda. Sé que solo en mis sueños estoy contigo... por eso sueño, tanto dormido como despierto, y cuando despierto dejo de soñar, regla de tres, simple y directa, odio a la profesora de matemáticas, pero odio más odiar las cosas. Odio muchas cosas... como los aviones o a las alturas. No, a los aviones no los odio... ni a las alturas. Simplemente tengo miedo a los aviones, y a las alturas, y a tus pies, y a no poder controlarme, y te tengo miedo a tí... y tengo miedo, sobretodo, a perderte del todo. A perderte... incluso a perderte en mis sueños. Tengo miedo... me muero de miedo. Pero nadie viene a apoyarme.. ni a darme un abrazo... ni a dejarme apretar su mano cuando pase el susto de la película. Tengo miedo... y tengo miedo porque SÉ que pasará.



Hay días que antes que escribir, mejor es reciclar. Por eso de que sino saldría una mierda.

Otra

"Me encanta la idea de estar con otra mujer mientras mi marido nos mira y nos dice qué tenemos que hacer. En la vida real estaría muy celosa de que estuviera tan cerca de otra mujer desnuda, pero en mi fantasía él controla la acción y me hace acariciar y besar a la otra mujer por todo el cuerpo, mientras se toca porque está muy excitado"

18.8.10

Pollo

- Que... ¿Te apetece esta noche hacer un Pollo?
- ¿Un pollo? ¿Entero? Mientras no sea empanado que lo haces de una forma rarísima y no me gusta...
- No, de ese pollo no. Del de tumbarte en la cama, mirarme a los ojos y aullar a la luna. Entonces... ¿cómo lo prefieres? ¿Rubio o moreno?

17.8.10

"Quisiera nacer de nuevo para no perderme ni uno solo de tus amaneceres."

16.8.10

No puedo

Siento que, poco a poco, estás un paso más lejos de mí, ligeramente más lejos. Ya no siento que nos separen más de dos mil kilómetros, sino los dos mil de siempre y un pasito más. Y otro pasito de ayer. Pero... estoy confuso. No sé si el pasito lo das tú, o lo doy yo. No sé si das tú el pasito dudosa, no sabiendo qué sientes, tratando de mantener las distancias para verlo con perspectiva, para ampliar tu rango de visión. O si el paso lo doy yo, alejándome con miedo, sintiéndome que no soy suficiente, volviendo a los estúpidos miedos de siempre que me hacen ver que no estoy a tu altura. No te hago feliz. No te haré feliz. Y... él sí. O tal vez él tampoco, pero alguno de más allá seguro que sí, o ese otro que está en la esquina tal vez no te pueda hacer feliz pero sí te hará reír lo suficiente. Yo cada día te ofrezco menos. Me duele demasiado la simple idea de perderte, y por eso sentirte un paso tan cerca me... aterra. Te he encontrado. Por fin, te he encontrado. No puedo perderte... no puedo. 

'Deja de pensar gilipolleces. La única forma de hacerla feliz es quitándote estas estúpidas ideas de la cabeza, no agobiándola con ellas. Espabila de una puta vez, o entonces luego te arrepentirás como, por otra parte, te mereces'. En fin, no todos pueden contar con un ángel en el hombro que hable tan claro. Lo que no te recomiendo es que llegues a oír hablar al demonio.

15.8.10

Matrimonio

"-Cuando Emhyir var Emreis acabe con Temeria y Redavia -carraspeó Dijkstra-, entonces mirará hacia el norte. Emhyr no va a tener suficiente. Puede resultar que vuestro tratado de pronto no valga ni un pimiento. No hace mucho que hemos hablado de Foltest de Temeria, cuyos tratados con Nilfgaard no le sirvieron más que para comprar dieciséis días de paz...
-Oh querido -se burló Esterad-. Así no se puede argumentar. Los tratados son como el matrimonio: no se los hace pensando en traicionar, y cuando se los hace, no se sospecha. Y al que no le guste, pues que no se case. Porque no se puede ser cornudo sin estar casado, pero reconocerás que el miedo a los cuernos es una explicación triste y bastante ridícula para un celibato obligatorio. Y los cuernos en el matrimonio no son un tema para reflexiones del tipo qué pasaría si... Mientras no se llevan cuernos, no se toca ese tema, y si se llevan, entonces no hay de qué hablar. Y hablando de cuernos, ..."
La Torre de la Golondrina
Confía, gilipollas de mierda.
Es lo único que tienes,
cuídalo porque te arrepentirás
cuando estés solo de nuevo.
Repito: GILIPOLLAS.

14.8.10

A tornado meets a volcano

"High of a love, Drunk from the hate
It's like I'm huffing paint, And I love it the more that I suffer
I sufficate, And right before im about to drown
She resuscitates me, She fucking hates me
And I love it.Wait
Where you going?
I'm leaving you
No you ain't.Come back
We're running right back
Here we go again, It's so insane
Cause when it's going good
It's going great, I'm Superman
With the wind in his bag, She's Lois Lane
But when it's bad, It's awful
I feel so ashamed, I snap
Who's that dude, I don't even know his name
I laid hands on her, I'll never stoop so low again
I guess I don't know my own strength
[...]
It wasn't you, Baby it was me
Maybe our relationship Isn't as crazy as it seems
Maybe that's what happens, When a tornado meets a volcano
All I know is, I love you too much
To walk away though
Come inside, Pick up your bags off the sidewalk
Don't you hear sincerity, In my voice when I talk
Told you this is my fault, Look me in the eyeball
Next time I'm pissed"
Eminem. I love the way you lie.

12.8.10

Dominación intelectual

"Sin embargo, tenía sus defectos, que no procedían además de su naturaleza vampírica. Regis era un intelectual y le gustaba sobremanera demostrarlo. Poseía la exasperante costumbre de expresar aseveraciones y verdades con todo de profeta, a lo que pronto dejamos de reaccionar, puesto que las aseveraciones expresadas eran o verdades ciertas, o tenían pinta de sere verdad, o no se podían comprobar, lo que al fin y al cabo era lo mismo. Verdaderamente insoportable resultaba, sin embargo, la forma en que Regis respondía a las preguntas antes de que el que preguntaba hubiera terminado de formular su pregunta, a veces incluso antes de que el que preguntaba hubiera tenido tiempo siquiera de comenzar a formularla. Yo tengo para mí que esta al parecer muestra de una inteligencia elevada era más bien síntoma de arrogancia y chulería, y estas cualidades, adecuadas para los ambientes universitarios o para círculos palaciegos, son difíciles de soportar en un grupo con el que viaja todo el día hombro con hombro y por la noche se duerme bajo la misma manta. Sin embargo, no se llegó a un enfrentamiento más agudo gracias a Milva. A diferencia de Geralt y Cahir, cuyo oportunismo nato a todas luces les hacía adaptarse a las maneras del vampiro e incluso competir con él en ello, la arquera Milva prefería medios sencillos y sin pretensiones. Cuando, por tercera vez, Regis le emitió la respuesta a su pregunta a mitad de la frase, lo insultó gravemente, usando de palabras y expresiones que habrían sido capaces de sacarle los colores de vergüenza incluso a un soldado viejo.Lo curioso es que tuvo resultado: el vampiro abandonó sus exasperantes formas en un abrir y cerrar de ojos. De lo que resulta que la defensa más efectiva contra la dominación intelectual es un buen rapapolvo al intelectual que intenta dominar."
La Torre de la Golondrina

10.8.10

Aullar

[...]Estabas simplemente empapada. Sin duda alguna, ya no había marcha atrás.

Tu respiración se convertía en jadeos mientras yo intentaba buscar habilidad de donde no tenía para conseguir gemidos. Tenía la palma de la mano apoyada en tu monte de venus, mientras dos dedos te embestían moviendo mi cuerpo entero para llegar más profundo y estimulando tu clítoris en el movimiento. Cada vez le daba con más fuerzas mientras la otra mano te apretaba más a mí: quería sentir tus pezones tiesos cortándome la piel del pecho. Chorreaba calor entre mis dedos mientras ellos atravesaban tu interior buscando llegar a tus entrañas, al mismísimo corazón. Tú no te quedabas corta. Mi slip ya se encontraba a la altura de las rodillas, y movías frenética la mano apretando lo suficiente como para sentir cada na de sus venas, de sus palpitaciones; mientras con la otra mano jugabas pasándote los testículos entre los dedos. Mientras intentaste bajar a base de besos por mi cuello, recorriendo el pecho y te paré. Necesitaba seguir sintiendo tu calor con mis dedos, y aunque la idea de que tus besos bajasen hasta que tu sexo no fuera el único que chorrease era genial... quería conseguir llegar a los gemidos. Era lo que más ansiaba en ese momento. No me importaba concocer tu voz, pero en ese momento necesitaba conocer cómo gemías. Aguantamos masturbándonos hasta que llegué a la conclusión que no podría lograrlo sólo con los dedos, cosa que a tí también te empezaba a interesar porque insistías en bajar tus labios a donde se estaba suplicando su atención. Los dos jadeábamos pero ninguno llegaba a gemir, y en esa competición cada uno tenía sus armas: yo sabía que a golpe de cadera lograría obtener tus gritos, y tú sabías que usando tus labios lograrías que gimiese. Te dejé ganar este asalto, porque mi cuerpo lo pedía más incluso que tú. Fui sacando poco a poco los dedos empapados y, echándome un poco hacia detrás, te dí vía libre para que bajaras. Y eso hiciste. Como una loca bajaste, sin tratar de hacerme volver loco... ya sabías que lo estaba, que no podía acumular más ganas. La buscabas como un depredador ansia una presa tras meses de ayuno, como si en esta vida hubieras nacido sólo para encontrar esa parte de mi cuerpo, como si en ese momento la fuente de toda vida fuera mi miembro. Yo lo disfrutaba. Disfrutaba tu determiniación, tanto como que la metieras en tu boca de un sólo movimiento de cuello como si buscaras medirla a la perfección para hacer una réplica, y tus dedos no bastaran. Disfrutaba que siguieras jadeando mientras con las rodillas apoyadas en el suelo te movieses frenética buscando que gimiese, viendo como tus tetas botaban con los movimientos y cómo sonreías al sentir que mi mano te ayudaba sujetándote el pelo y apoyando los movimientos. No me iba a perder ese espectáculo por nada del mundo... y el pelo, estorbaba. Yo ya no tenía ninguna de mis neuronas en funcionamiento, lo único que guiaba mis pensamientos y mi cuerpo era el deseo que habías despertado. El más puro instinto animal que buscaba procrear contigo como si del último espécimen de nuestra especie se tratase. Como si no hubiera más problema en el mundo. Como si estuviéramos hechos el uno para el otro. En uno de los m0vimientos de tu cabeza; tiré mucho más de tu pelo hasta separarte de mi polla, que te seguía apuntando fijamente, durísima como nunca creí que podría estar. Mis ojos lo decían todo, no hacía falta palabras. Era claro el mensaje. "Ya no había marcha atrás".

Traté de hacerlo con cuidado pero mi fuerza se descontrolaba. Te empujé para que cayeses bocarriba sobre la toalla, con tus piernas abiertas como el principio. Mirándote a los ojos, sin ser capaz de dejar de hacerlo, me deshice de tus bragas y las dejé a un lado, junto a mi slip. Por mi mente no pasaba la absurda idea de que alguien nos estuviera grabando, ni si nos fueran a echar algún socorrista o tan siquiera que alguno nos viera. Sólo era capaz de pensar en una cosa: hasta que no tiemble la arena de tus gritos, no saldré de dentro de ti. Y eso hice. Apoyé una de mis manos en la cara interna de tu muslo, para encontrar el lugar con cuidado; mientras la otra me servía de apoyo en la toalla rozando con descaro tu pecho. Bajé la cadera poco a poco hasta encontrar la entrada, apoyando la cabeza y deslizándome poco a poco. No quería hacerte daño desde la primera embestida porque ya ibas a salir dolorida de todas formas, quería que aguantases un tiempo hasta que el dolor fuera insoportable. Miré hacia abajo para observar cómo entraba en ti y me sorprendió verte tocándote. Tenías una mano apoyada en tu pubis y movías los dedos con velocidad. Al principio estaba asombrado, nunca antes una chica había reaccionado así; pero con la sonrisa que te dediqué entendiste que no hacías mal, sino simplemente me estabas volviendo más loco. Te esforzabas por ser la fuente de mi imaginación para el resto de mi vida, y así lo ibas consiguiendo. Te ponía demasiado la idea que no fuera capaz de olvidarme de la chica de la playa, y se notaba como intentabas cuidar todos sus detalles para conseguirlo. Yo... los disfrutaba, no lo dudes. Y, por fin... la sentí dentro. Entera, dentro de tí. Y tú también disfrutaste cuando paré al sentirla entera y disfruté del momento. Cerraste los ojos y lo saboreaste tanto como yo. Sentía todo el calor que me envolvía cada centímetro de mi miembro y lo embriagaba de una sensación que antes no había conocido... o por lo menos a tal magnitud. Se deslizaba dentro de ti abriéndote con suavidad, sintiendo cuánto tu cuerpo me esperaba. Después de tres embestidas mi cuerpo se sentía seguro dentro de tí, y el miedo a hacerte daño se fue convirtiendo en más instinto animal. Sentía cómo mis manos se iban convirtiendo en zarpas de felino, cómo sus uñas crecían hasta volverse armas blancas buscando tu espalda para aferrarse a ellas. Sentía cómo mis muslos desarrollaban el músculo de un animal de tiro de una forma extraodinariamente rápida, cómo las embestidas ganaban una fuerza que no era propia de un humano. Sentía cómo mis sonidos dejaban de tener ningún rastro de civilización alguna, cómo jadeaba como un animal estando en sus límites, cómo gozaba con cada uno de tus gemidos al tocar fondo, cómo sonaban tu ingle golpeada por mi cadera, mi vientre golpeando al tuyo, el bote de tus pechos amenazando con descolgarse y salir volando. Sentía como había encontrado una razón para vivir: era hoy el día. Era ahora el momento. El resto... dejaba de tener ningún sentido. Era esta la sensación. Había vivido todo hasta ahora para sentir cómo mi miembro te desgarraba en cada embestida. Había llegado hasta aquí para sentir mi glande abrirse paso por tu vagina ahora, y ahora también, y ahora también... era como un sueño hecho realidad. Mis manos te cogieron la cintura y me incorporé ligeramente para moverte contra mí. Para golpearte contra mí en cada uno de los movimientos. Y gemías. Gemías olvidando cada vez un poquito más que estábamos en medio del mundo. Gemías contangiándome los gemidos, haciéndome aullar como si de un lobo se tratase. Incaba un poco más mis nuevas garras felinas y te sonreía, sin poder quitarte ojo de encima. Tú te mordías el labio y me suplicabas con el brillo de deseo en tus ojos que a la próxima embestida te partiese en dos. No hacía falta palabras. No... este era otro lenguaje. Más primitivo. Más eficaz. Más... pasional. Mi mano subió a tu cabello y cogiéndolo desde la raíz tiré de él, haciendo que echases la cabeza hacia atrás estirando el cuello. Mi lengua se apoyó entre tus clavículas y subió por la línea de tu nuez hasta la barbilla, mordiéndola. No hacían falta palabras, captaste la frase que te decía. 'Ahora mismo eres mía', te susurraban cada uno de mis movimientos. Tu cabeza tiró para deshacerse de mi mano que te agarraba y me trataste de arrancar el cuello de un mordisco. Captaba el mensaje: 'Sólo porque yo te dejo'. Volvimos a mantenernos la mirada y nos lo repetimos de nuevo: 'Ya no hay marcha atrás'.

Nuestros gemidos era el único lenguaje verbal que se distinguía, el resto de la conversación distaba mucho más de ser convencional. Tus uñas en mi trasero tratando de maximizar mis movimientos me gritaban 'como pares, te mato'. Mi forma de levantarte en peso para dejarte caer sobre mis muslos, estando yo con las rodillas apoyadas y las piernas abiertas y tú sobre mí cabalgando como la más experimentada amazona era claro: 'si tanto quieres mandar, hazlo'. Tu sonrisa pícara, tus muslos cansados, la forma en que al poco tiempo se te notaba exhausta me reconocía que aceptabas que fuera yo el que mandara; y como castigo yo te volví a apoyar sobre la toalla pero esta vez bocabajo. La rudeza de mis movimientos expresaban la fuerza del deseo absolutamente descontrolada, mientras en mi cara descubrías que no solía ser así nunca. De tres movimientos bruscos abrí tus piernas para entrar desde detrás por tu sexo, botando con fuerza sobre tu trasero y disfrutando del movimiento que este hacía para responderme. Tu mano volvía a jugar con tu clítoris susurrando un 'no puedo evitarlo', mientras mis dientes en tu oreja te respondían con 'acabaré loco de esta'. Sentía cómo todo tu cuerpo agradecía cada una de tus embestidas y al mismo tiempo exigía otra más, más fuerte y profunda, más ruda, más salvaje. Sentía como mi miembro salía hasta casi el glande en cada salto, para luego caer con fuerza sobre tu trasero enterrándome un poco más. Iba cambiando de ángulo y me dejaba guiar por la intensidad de tus gemidos para saber cuándo variar, y tú me concedías descansos cuando me sentías gemir demasiado y era tu cadera la que subía y bajaba acompañando mis movimientos en un 'yo te ayudo, pero tú no pares'. Con un tirón fuerte te hice apoyar las rodillas sobre la toalla tomándote puramente salvaje; pudiendo así embestirte con más fuerzas y sintiendo los golpes de mi cuerpo en tus piernas. Ahora eras tú la que aullaba sin luna alguna, y yo el que arañaba tu espalda dibujando con líneas incoherentes que no podría explicar lo que sentía en ese momento. Tus aullidos aumentaron su ritmo, agitaron tu cuerpo entero y se fueron convirtiendo en puros alaridos demostrando que se acercaba... por lo menos, el primero. Con bruscos movimientos aumenté la profundidad y tú gritabas con fuerte cada vez que la enterraba, contagiándome los gritos aunque en menor medida. Sentía como tu flujo se convertía en mares, como tu calor se volvía el mismísimo infierno y conocí por primera vez en mi vida la sensación de encontrarme en el mismísimo Eden sin moverme tan siquiera de la tierra. Te dí unos segundos de tregua con un ritmo ligeramente más bajo, como me suplicaba tu cuerpo exhausto. Mi mano escaló por tu espalda apoyándose en tu nuca y agarrando tu cabellera con un claro 'no te creas que esto ha terminado', a lo que tu rostro me respondió girando hasta mirarme y con una sonrisa que no dejaba dudas: '¿acaso lo dudabas?'. Tu cuerpo me pedía volver a estar otra vez bocarriba y yo te permití ese capricho, te lo habías ganado por el concierto. Tus gemidos habían desgarrado tu garganta y volvías a los jadeos profundos; aunque se notaba claramente en tu rostro que el placer no había menguado, sólo era un puro impedimento físico volver a soltar alaridos. Una de tus manos se enganchó a mi trasero para darme ritmo mientras la otra mantenía mi vista fija en tu rostro desde la nuca, exigiéndome que querías verme. Sí, estabas en lo cierto, mi final también se acercaba, pero fue menos cerca de lo que creías. Yo te bombardeaba entre las piernas con salvajes movimientos y tú no podías evitar volver a tus gemidos, sintiendo otra vez cómo se acercaba de nuevo tu climax. Aguantamos mirándonos a los ojos, sudando como animales y disfrutando de un placer inimaginable mientras mi cuerpo y el tuyo estaban unidos, hasta que mis jadeos se intensificaron, empecé a morderme el labio inferior, tú abrías la boca sofocando un grito, yo gritaba por los dos, mis piernas bombeaban puro ácido láctico y tus manos obligaban desde mi trasero a terminar cada uno de los movimientos. Sentí como un líquido salía disparado de mis testículos y recorría todo mi aparato genital hasta salir disparado por mi glandre. Sentí como tu vagina se estremecía de clímax, cómo se volvía loca incluso antes de que yo hubiese terminado y cómo terminó su locura al sentir ese líquido hirviendo lanzándose contra tus paredes. El mar nos oyó gritar como si hubiéramos alcanzado la meta de nuestra vida, el climax más brutal que nunca lograríamos a alcanzar, el sentido de todo lo vivido. Y pensar que en ese momento, no estaba tan equivocado...

9.8.10

-Wow, your life must suck
-You have no idea.

8.8.10

Y rezar por ti al acostarme. Cierto, a ese "Dios" raro que está en mi mente, pero rezar. Y suplicarle que por lo menos tú lo pases bien esta noche; como mínimo lo pasen tan bien para compensarme a mí.

Siempre un placer, mylady. Y esto no es ni una cuarta parte de lo que nos espera..

7.8.10

Desengáñate: No demostrar debilidades no te vuelve más fuerte.

6.8.10

Imaginación

[..] era mucho mayor como para dejarme parar ni un sólo instante.

No me podía creer lo que estaba viendo. Realmente pensé que estaba sólo en la playa, por eso al pegarme un baño dejé volar la imaginación. Sí, de hecho estaba solo, juraba haber mirado alrededor antes de entrar en el agua y no ver a nadie... ¿Es parte de mi imaginación esa chica? Soñé con que alguien me mirase mientras me bañaba, soñé con que a alguien le atrajese, se acercase, conociese a una chica de ensueño y... no tiene sentido. Miré a mi alrededor, no había nadie. Tiene que ser fuente de mi imaginación esa chica. Y encima es espectacular... sin duda, imaginación pura y dura. Sólo yo podría inventarme una chica así... estaba bronceada, con el pecho tapado levemente por el pelo que le caía liso y oscuro. Llevaba sólo la braga del bikini negra, y estaba algo descolocada. Me miraba sonriendo; tenía una sonrisa dulce, alegre y... pícara. Sí, es imaginación pura y dura, porque me da la impresión de que me mira con deseo. Está ruborizada, pero parece como si me mirase con deseo y tiene las manos perdidas entre esa braga negra. No puede ser, no tiene sentido. Vuelvo a mirar a los lados, incrédulo por lo que está pasando. ¿Es jodidamente real mi imaginación o esa chica está incluso gimiendo suavemente? Sólo hay una manera de comprobarlo. Total, no tengo nada que perder y demasiado por ganar. Te miré fijamente, ya sin miedo ni rubores, y empecé a apreciar detalles como tus piernas ligeramente abiertas y flexionadas, tu mano en el vientre subiendo a acariciar el contorno de tus pechos mientras la otra se escondía bajo la única prenda que llevabas, el aceite solar que hacía brillar todo centímetro de tu piel produciendo unas piernas increíbles. Pude observar incluso cómo se apretaban los dedos del pie a cada movimiento suave de tu mano, cómo la sonrisa burlona se volvía menos tímida de que te mirase y comenzaba a ser puro deseo, cómo tus ojos brillaban recorriendo mi cuerpo con la mirada centrándose con descaro en mi slip. Yo me acercaba acelerando el paso, sin tratar de ocultar ya la erección que estaba complementando la fantasía que me monté dentro del agua, sin disimular los signos que delataban que estaba enloqueciendo demasiado rápido por una chica que ni siquiera estaba seguro que fuese real o un simple golpe de calor. Me mordía el labio, no te quitaba ojo y con las manos recorría la goma de mi slip para acomodarlo poco a poco a un miembro bastante más crecidito que hace unos segundos. A cada paso se me quitaba más el miedo y las dudas... incluso llegó el momento que no tenía pavor por no saber qué decirte, cómo saludarte o temer cómo reaccinoarías. Simplemente sabía lo que tenía que hacer, porque una parte de mi cuerpo no tenía ni la más remota duda que esta oportunidad no se me volvería a presentar en la vida.

Estando frente a tí me paré mirándote fijamente, sin tener en la cabeza qué decir ni incluso saber si era mejor no mediar palabra. Te miraba como si de un espectáculo se tratase, porque eso es lo que era. Tú eras la protagonista del espectáculo más exicante que nunca me hubiera imaginado, y al parecer te dejabas la vida en ello como si te fueran a dar un galardón equivalente a los Oscar por tu actuación. Me mantenías la mirada mientras mordías tus labios y le dabas ritmo a tu mano, mientras yo no podía evitar palpar sobre mi slip para demostrarme que ya no había marcha atrás. Apoyé mis rodillas entre tus pies mientras abrías ligeramente más las piernas, y me iba inclinando poco a poco sobre tí. Entonces empecé a apreciar todos tus detalles: descubrí cómo tu cintura se estrechaba como si de una botella se tratase, como tus pezones erizados me apuntaban suplicándome atención, cómo tu cuello brillaba por el aceite y unas pocas gotas de sudor dejando intuir que tenías calor, cómo tu braguita no conseguía disimular que estabas caliente. Mi mano se apoyó sobre tu toalla, a un lado de tu cadera rozando sin disimular tu piel. Simplemente lo necesitaba, necesitaba que mis sentidos me convencieran poco a poco que esto no era un delirio, que no lo estaba soñando o estaba ebrio. La otra mano se apoyó en tu frente para deslizar tu pelo hasta detrás de la oreja, dejando tu rostro al descubierto para que pudiese disfrutarlo como es debido. Abriste la boca para decir algo pero... no podía permitirlo. No quería despertar, no quería que me preguntases qué hacía aquí, ni que tuviese que responder con algún comentario, ni siquiera me apetecía que nos molestásemos en decirnos nuestros nombres... ahora mismo lo que necesitaba de tí era imposible hacerlo mientras hablabas, así que tuve que acercarme más para acallarte incluso antes de hablar. Acercarme hasta que mis labios mojados y con sabor salado se apoyarsen en los tuyos secos por la arena del ambiente. Acercarme hasta que las gotas de mi cara se mezclaran con el sudor de tu calor. Hasta que tu lengua delicada danzara con la mía áspera, mientras tus pestañas hacían cosquillas en mi mejilla cuando cerraste los ojos. Me estabas respondiendo el beso, por lo que ya no había marcha atrás.

Mi mano se deslizó de tu oreja hacia tu cuello, acariciando suavemente tu mejilla al bajar y continuando su recorrido hasta el lateral de tu pecho. Intentaba controlarme y tratarte con ternura, continuando con la danza de nuestras lenguas en la boca, y disfrando al sentir cómo danzaban tus dedos todavía dentro de tí bajo mi pubis apoyado en tu brazo. Lo notaste, e intentaste sacar la mano para acariciarme; cosa que te impedí alejándome un poco de tí y agarrándote tu antebrazo con fuerzas con la mano que estaba apoyada en la toalla. 'Si de verdad eres mi sueño, las cosas se harán a mi manera', te susurré con una sonrisa burlona mientras mantenía tu mano bajo tus bragas. Me respondiste la sonrisa. No podía creerme todavía lo que me estaba sucediendo. Trataste de volver a hablar pero mi mano subió de tu pecho para taparte los labios,  mientras la otra se iba deslizando por tu costado con fuerza hasta cogerte por la espalda para apoyarme en tí. Mi lengua pasó de bailar un bals con la tuya a pintar sobre tu cuello círculos perfectos que culminaba apoyando los labios. Te mordía suavemente, haciendo cada vez más presión con los dedos en tu espalda y bajando la mano de tu boca a tus pechos para cogerlos con fuerza. Sentía como tu pezón duro cosquilleaba la palma de mi mano y trataba de estimularlo moviéndola en círculos; mientras mi mano en tu espalda convertía caricias en arañazos y los mordiscos suaves empezaban a bajar por tu escote hacia el pecho todavía libre. El ritmo de las caricias que te dabas tú misma aumentaba cuánta más presión hacia sobre tu cuerpo, y yo no quería que parase en ningún momento. Mientras mi lengua se movía sobre tu pezón y una mano trataba de imitarla sobre el otro pecho fui acercando cada vez más mis rodillas a tu cadera; haciéndote abrir más las piernas y acabando por apoyar mi pubis sobre la mano que tenías escondida. La sentiste. Se notó claramente que la sentiste porque toda tú dió un vuelco al notar sobre una mano algo duro, muy duro. Sacaste tu mano como un autoreflejo para poder tocarla por fin, como si llevases toda la vida esperandola para curarte de tu peor mal. Yo traté de coger de nuevo tu mano, quería que te siguieras tocando pero lo hiciste con demasiada fuerza, y yo no me esperaba que de verdad necesitases tanto tocarme. Eché el pecho hacia detrás un poco, sorprendido, y pude observar cómo tus ojos la miraban con lascividad mientras con las dos manos bajabas el slip para poder cogerla. Sonreíste al tenerla por fin entre tus dedos, recorriéndola con suavidad mientras la otra mano me rodeaba hasta agarrarme el trasero. Subiste la mirada por fin hasta mis ojos, te mordiste de nuevo el labio y te acercaste para besarme, quedando los dos de rodillas y erguidos el uno frente al otro. Tus manos me tocaban como si fuera el primer hombre al que se acercaban, y yo sustituía la mano que quitaste bajo las bragas por una mía. Estabas simplemente empapada. Sin duda alguna, ya no había marcha atrás.

5.8.10

Bajo la manga

Contigo estoy más seguro. Eres ese As bajo la manga que me salva en cualquier momento.

4.8.10

Violación oral

" -He dejado este mito para el final -Regis lo midió con los ojos- y yo mismo, con mucho tacto, no lo tocaría si no me hubiera retado Geralt, así que no os lo ahorraré. A los humanos lo que más miedo les produce tiene un contexto sexual. La virgen que se desmaya en el abrazo del vampiro que la está chupando, el jovenzuelo que está entregado a las repugnantes prácticas de las vampiras que yerran con sus bocas por todo su cuerpo. así os lo imagináis. Una violación oral. El vampiro paraliza a la víctima con el miedo y la obliga al sexo oral. O más bien a una asquerosa parodia del sexo oral. Y un sexo así, que excluye toda posibilidad de procreación, es algo repugnante.
 -Habla por ti -murmuró el brujo.
 -Un acto que no es coronado por la procreación, sino por el placer y la muerte -continuó Regis-. Hicisteis de ello un mito malvado. Vosotros soñáis en vuestro inconsciente con algo así, pero os resistís a dárselo a vuestro compañero o compañera. Así que lo hace por vosotros el vampiro mitológico, creciendo así hasta convertirse en un fascinante símbolo del mal."

El bautismo de fuego



... soy sutil, así que tendré que dejarlo claro. Ya me podéis estar empezando a comer el pito si de verdad os afecta tanto lo que escribo aquí. Porque algo está claro... si no lo queréis leer, simplemente no entréis. No tengo más que decir.

22.7.10

Desperté

   Anoche soñé que le veías. Sí, es cierto, anoche soñé que hoy quedabas con él, y le veías. Soñé e imaginé, con todo lujo de detalles, cómo esbozabas esa sonrisa que me conquistó al verle. Cómo por tu cabeza pasaba esa conversación desagradable que tuvimos y todavía seguía confusa. Estaba en tu cabeza mientras te planteabas si de verdad valía la pena arriesgar, si escoger entre el verano o el resto del año, si escoger entre lo conocido o lo que no sabrás si merece la pena conocer, entre lo seguro o probar, entre pizza o... arepas. Soñé cómo le mirabas, cómo no podías controlar ese cosquilleo que seguías sintiendo al verle, cómo observabas sus manos moviéndose con soltura, apoyándose en tu hombro para darte dos besos de saludo. Sentí en tu propia piel cómo un calor te cubría entera al sentir su mejilla en la tuya en el primer beso, y cómo no pudiste evitar girarte para el segundo dártelo en sus labios. Sentí cómo besaba. Cómo tus lengua recorría otros labios. Cómo te hacía vibrar, cómo te hacía estremecerse.. sentí cómo reaccionaba tus labios a otros, y nunca he llegado a sentir cómo reaccionan ante los míos. Soñé cómo tomabas la decisión, cómo acababa la tarde, y vi cómo te acostabas con él como si de un castigo se tratase. Lo vi. Lo vi con el corazón desgarrado. Y luego imaginé cómo te arrepentías, cómo hablabas conmigo sintiéndote culpable por haber hecho eso en el momento equivocado, sentí cómo te dolía haberme hecho daño y... desperté.
   Esta mañana desperté llorando. Recordando cada imagen que mi imaginación me ha detallado de cómo le besabas. Recordando tu cara.  Recordando tus palabras. Desperté confundiendo la realidad con el sueño, y susurrando... 'no te preocupes, te perdono'. Porque tú tomaste una decisión, pero yo también tomé la mía. Y casi me duele más la mía. Te perdono, sin duda. Te perdonaría... sin duda. Y eso, ni te hace bien, ni me lo hace a mí. Pero he vivido cómo te sentías y... créeme, te perdonaría.

21.7.10

Sitio

"Tengo que decirte

Que mi vida es muy triste

Que va a ser como imposible

Que me olvide de que existes.



Tengo que decirte

Que el dia en que te fuiste

Se encendieron las farolas

Que alumbraban el camino...



Para que pudieras volver....

Volver, volver....



Tengo que decirte

Que a la luz de la candela

Intento arañar la niebla

Que no deja que te vea



Deja que te espere

A la puerta de tu casa

Un minuto me hace falta

Luego me voy para siempre.



Solo quiero decirte adios....

Adios, adios.

Y, por si acaso, que sepas

Que aqui siempre tienes un sitio

Adios, adios,

Y aunque no te lo creas,

Sin ti nada sera lo mismo."

Jarabe de Palo

20.7.10

Razón

Y sentir que se me escapa entre los dedos algo demasiado valioso para mí. Como resbala entre el dedo anular y corazón de la mano derecha como si estuvieran recubiertos del sebo más deslizante que hubiesen creado, como si el destino me hubiera puesto con empeño el lubricante más eficaz esparciéndolo con sumo cuidado para que no se pudiese retener con nada. Sentir que lucho por mantenerlo, cuando cae entre esos dos dedos como si de un anillo se tratase, pongo la mano izquierda con un rápido movimiento para intentar aguantarlo. Aprieto el puño con todas las fuerzas que soy capaz de reunir pero siendo que aún así se desliza resbalando por la línea de la vida de mi grasienta mano. La simple idea de perderlo me desgarra por dentro y provoca que las glándulas que se encuentran sobre el riñón segreguen adrenalina como si no fuera a hacer falta nunca más, hasta el límite que le permitiesen sus fuerzas e incluso más. Sentir cómo la hormona activa todos los músculos de mi cuerpo y los reflejos para volver a cogerlo de nuevo al deslizarse de mi mano izquierda y agarrarlo con la derecha; teniendo que hacer de nuevo otro movimiento para mantenerlo, restándome cada vez un poquito más de fuerza. Pero, si algo está claro, es que mientras que siga corriendo un poco de sangre para poder mover el brazo y no esté demasiado contaminada de ácido láctico por el esfuerzo... lucharé por seguir mateniéndolo entre mis manos. Porque no hay una razón más importante por la que luchar. Porque por fin tengo una razón por la que morir.

19.7.10

Acojonante

"Pero el problema que tiene la infidelidad muchas veces es que no tenemos claro qué es ser infiel, ¿es que no os pasa a veces que uno está siendo infiel porque dice "igual no es esto una infidelidad"? ¿No? ¿No os pasa eso? "Es que no estaba seguro yo..."
Hay gente que dice "no es infidelidad si no hay contacto físico", si tú estás sentado con alguien en la barra de un bar y le dices "te deseo", "te lo comía todo" y demás; eso no es infidelidad. Hay gente que dice "no, no es infidelidad si no hay, digamos, cama", es decir, que toda la parte previa no cuenta. Vamos, lo que mi amigo Fran lo llamaría el mani-culi-teteo. Eso no cuenta, ¿no? Y luego hay gente que piensa que no es infidelidad si uno eyacula fuera porque hay gente que tiene una capacidad de autojustificarse ACOJONANTE. Eso es así."

Ricardo Castella

18.7.10

Carmín

"Me tragué todo el veneno 
el que llevaban tus besos 
me empapé del sufrimiento 
que escondía tu sonrisa.

Descubrí que con el tiempo 
me perdí todo el respeto 
compraste mis sentimientos 
con tus labios de carmín."

17.7.10

Bate

"Si tuviera un bate de béisbol, hoy dormiría en la cárcel."

14.7.10

Necesito formar parte

Yo también quiero formar parte de esa lista de recuerdos pasionales que tan sólo con traerlos a la memoria te hacen volver a gemir. También quiero ser parte de esa selección de personas que te ha hecho gritar hasta que las piernas te tiemblen y caigas al suelo, ser una de esas anécdotas que siempre recuerdas orgullosa para dar envidia al resto, sabiendo que todos desearían algo así. Lucharía por saber que puedo estar entre esos pocos insuperables con los que comparas al resto para evaluar si son buenos en la cama o no. Ser como X a la hora de tocarte, o llegar a la altura de Y moviendo la cadera. Sinceramente, necesito formar parte y dejar marca en alguno de esos recuerdos tuyos... porque no me parece justo que en mí tú hayas marcado hasta el límite de no recordar más anécdotas, siendo tú la única protagonita de todos esos momentos que recuerdo y una parte de mí se enciende. Me duele saber que no, no podré llegar a la altura.

13.7.10

Trozo

    Y sentir que un trozo de mí se separó con ese último beso. Entró en ti por esos labios que me hacen suspirar y se fue deslizando por la gaganta poco a poco. Ese trozo de mí traspasó las paredes del esófago para diluirse entre tu sangre y siguiendo el ritmo de los latidos fue recorriendo tu cuerpo hasta llegar a tu corazón. Y ahí se quedó, ayudando como si de una mano se tratase a que cada latido sea más fuerte, más sano, más vivo. Ayudándote a seguir con fuerzas a cada latido, dándote ánimos para seguir... donde debería estar en verdad. Una parte de mí se quedó en el lugar donde pertenece: entre tu aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo.
    Y sentir que un trozo de tí entró en mí cuando le dí un último beso a esa lágrima. Entró en mí deslizándose entre los labios...

Para ser un 300, vaya jodida mierda; lo sé. 
Simplemente... Au! Spartans!

12.7.10

Ha de quedar uno

" -No nos engañemos el uno al otro -dijo-. Me odias y yo a ti también. Me humillaste al decir que Yennefer... Sabes el qué. Yo te respondí de forma parecida. Te estorbo y tú me estorbas. Resolvamos esto como hombres. No veo otra solución. ¿A eso has venido, verdad?
-Sí -dijo Geralt, tocándose la frente-. Tienes razón, Istredd. A eso he venido. Sin duda
-Perfecto. Esto no puede seguir así. Hoy por fin me he enterado que, desde hace un par de años, Yenna va y viene entre nosotros como una pelota de trapo. A veces está contigo, a veces conmigo. Huye de mí, para buscarte a ti, y al revés. Otros, con lo que está entre medias, no cuentan. Sólo contamos nosotros. No podemos seguir así. Somos dos, tiene que quedar uno.
-Sí -dijo Geralt, sin separar las manos de la frente-. Sí... Tienes razón.
-En nuestra presunción -continuó el hechicero-, creíamos que Yenna elegiría sin vacilar al mejor. En cuanto a quién era el mejor, a ninguno de los dos le cabía duda. Hemos llegado hasta el punto de competir por ella como dos rapazuelos a base de argumentos y casi como inexpertos rapaces, también, hemos comprendido cuáles eran estos argumentos y qué significaban. Pienso que, al igual que yo, has estado dándole vueltas y sabes cuánto nos hemos equivocado los dos. Yenna no tiene la más mínima intención de elegir entre nosotros, incluso si aceptáramos que sabe elegir. Bien, tendremos que arreglar este asunto por ella. Por mi parte no pienso compartir a Yenna con nadie y el hecho de que hayas venido aquí demuestra que tú tampoco. La conocemos demasiado bien. Mientras seamos dos, ninguno puede estar seguro de ella. Ha de quedar uno. Lo has entendido, ¿verdad?"

La Espada del Destino

Veneno

" -Geralt -gimió Ojazos, sujetando la cabeza entre los brazos-. Me da tanta vergüenza. Me avergüenzo de lo que siento, que es como una maldita anemia, como un resfriado, como el asma...
Él callaba
-Siempre pensé que sería un hermoso y elevado estado del arma, noble y orgulloso, incluso si producía la infelicidad. ¿Acaso no he escrito tantos romances sobre algo así? Y resulta que esto es orgánico. Geralt, terrible y absolutamente orgánico. Así se siente alguien que está enfermo, que ha bebido veneno. Porque del mismo modo que alguien que haya bebido veneno se está dispuesto a todo a cambio del antídoto. A todo. Incluso a la humillación
-Essi, por favor...
-Sí. Me siento humillada, humillada porque te lo he confesado todo, olvidándome de la dignidad, que obliga a sufrir en silencio. Porque con mi confesión te he metido en problemas. Me siento humillada por causarte problemas. Pero no puedo hacer otra cosa. Carezo de fuerzas. A merced de la gente, como alguien con una enfermedad terminal. Siempre he tenido miedo de las enfermedades, del momento en que esté débil, sin fuerzas, sin saber qué hacer, sola. Siempre he tenido miedo de las enfermedades, siempre he pensado que una enfermedad sería lo peor que me podía pasar...
Calló.
-Sé -gimió de nuevo-. Sé que debiera estarte agradecida de que... de que no te aproveches de la situación. Pero no te estoy agradecida. Y esto también me avergüenza. Porque odio ese tu silencio, esos tus ojos aterrorizados. Te odio. Porque callas. Porque no mientes, no... Y a ella también la odio, a esa tu hechicera, de buena gana le clavaría el cuchillo. Porque... la odio. Mándame irme, Geralt. Ordéname que salga de aquí. Porque yo sola, de propia voluntad, no puedo, y quiero salir de aquí, ir a la ciudad, a la taberna... Quiero vengarme de ti por mi vergüenza, mi humillación, quiero encontrar al primero que pase..."


La Espada del Destino

8.7.10

Cuando los sacrificios por alguien empiezan a considerarse meros detalles agradables.. algo se ha escapado de tus manos.

5.7.10

Inútil

"Soy un inútil necesario, como las monedas de un céntimo"

4.7.10

Tóxico

"Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco


Robo billeteras pero soy buena gente, soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra
Un estomago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.


Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto



Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxígeno para este continente, soy lo que descuido el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento mas del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira"


Calle 13
Canción para un niño de la calle

30.6.10

"Se quejan de que los jóvenes no protestan pero, esos que se quejan, mira que mundo les dejan. Dependencia de un petróleo que arruina la Tierra, tensiones entre hermanos de sangre en Korea, Israel mata y no hay condena, y Shakira canta el 'Waka Waka' porque no hay africanos que puedan... ¿No?"

Chojin

29.6.10

Sólo una cosa tengo clara: No dejes nunca de darme besos así. Ahora muerde el cojín, que nos acabarán oyendo.

28.6.10

Machu Picchu

"-No sé cuántos incas perdieron su vida para poner cada una de esas piedras. Lo que sé es que cada vez que subía más, más dispuesto estaba yo en perder la mía. No era cuestión de orgullo, sino de respeto. Un respeto a las profecías que inspiraron la creación de Machu Picchu"

27.6.10

"Calle 13 encontró la forma de jugar con las palabras, de burlarse del español. La real academia se la dejamos a España"

25.6.10

Claustrofobia

Porque me importa una mierda el dinero si lo que está en juego es que seas feliz




"Vamos a pegarnos hasta que nos dé claustrofobia"

24.6.10

Reconócelo, soy un experto en esos temas: un día tras otro consigo que te acabes sintiendo peor conmigo. Todo un maestro.

23.6.10

No, no estoy libre. Y no, rotundamente NO ERES mejor que ella, ni siquiera te molestes en intentar compararte. ¿Tienes alguna pregunta más?

22.6.10

25 de Junio en Tenerife... ¿Nos escapamos? Sólo tienes que susurrármelo al oído...



'Tú rimas conmigo'

21.6.10

Cobarde

¿Que si tengo miedo? No, obviamente que no. Es pánico lo que puedo llegar a sentir en algunos momentos. Es pánico por pensar que puedes irte de mi lado en cualquier momento que conozcas a alguien mejor. Es pánico de sentir que en cualquier desliz de no tratarte como te mereces busques apoyo en otro. Es pánico al tener la sensación que he encontrado algo demasiado valioso como para poder quedármelo... 'he robado las llaves de tu barco', y no sé cuando vendrá la policía o si legítimo capitán a reclamarlas; pero sé que no será fácil ver cómo las pierdo. ¿Que soy un cobarde? Probablemente. Pero creo que ambos tenemos la misma admirable habilidad de ver fantasmas donde la mayoría de la gente no se imaginaría nada... de ponernos celosos, temer, creer que no va a salir bien y echarnos las manos a la cabeza a la mínima creyendo que ya el final está aquí. Será porque es demasiado bonito como para que se mantenga cuanto quiero. Será porque tuvimos claro que sería algo temporal, y nos aferramos a ello queriendo disfrutar cada uno de los momentos y... al soñar ahora con que pueda mantenerse, tener pánico de saber si eso es lo que tú buscas o no. No lo buscabas al principio... ¿Por qué ibas a buscarlo ahora?
Pánico porque siento que buscas ocultarme a tu alrededor, y rabia porque aunque la mayoría del tiempo entiendo porqué lo haces, en otros momentos a mi cabeza le duele. Pánico porque nadie me había hecho sentir como tú, y me da la impresión que después de ti la mayoría del mundo perderá su magia; y me costará que alguien me enganche. Pánico por sentir que te defraudo, por saber cuánto te han hecho feliz los otros y por no saber demostrarme que yo podría lograrlo también; y rabia porque en otros momentos estoy tan seguro que soy el que más feliz te hará que... se me nubla el mundo, y me impide alejarme de ti. Joder, si me dejo de tanta tontería, pánico porque siento que te quiero demasiado, porque tengo la sensación en todo momento que debo provocarte este sentimiento de plenitud cuando estoy contigo como tú logras hacerlo dando la impresión que casi... ni lo buscas, simplemente te sale solo hacerme tan feliz. Tengo envidia, y pánico de no saber lograr lo mismo en ti. Pánico por no saber mantenerte cerca, por acercarte demasiado a mí hasta forzarlo, por estar cincuenta horas junto a ti y dolerme cuando me he pasado treinta minutos sin poder verte; por no saber dejar de mirarte y no saber cómo reaccionaré cuando no pueda mirarte más. Pánico por provocar que te quedes sola, y por no estar ahí en todo momento por si puedo resultar de ayuda. Por demostrarte que, si algo me importa ahora mismo, es conseguir otra puta vez esa sonrisa que me hace sentirme medianamente útil, joder. Pánico por no saber si lograré soportar otros diez minutos de estar estúpidamente enfadados el uno con el otro, y por tener la certeza que no sobreviviría a otros diez segundos sin besarte. Pánico por decir que te amo y que te asuste, que te haga sentir incómoda. Joder, soy un cobarde con miedo, eso está claro. Pero... ¿Quién no lo tendría al enamorarse tan rápido? Porque eso está claro, yo te amo.