12.11.09

Si no te gustaban fuese condenado al purgatorio

No dejé de arrepentirme ni un solo paso desde que te despedí hasta que subí a mi casa. Era inevitable... llevaba noches soñando con que pasase y, por tonto, había tratado de respetarte y... qué cojones, me daba corte. No entiendo porqué me daba corte a estas alturas. No eras la primera chica pero me intimidabas como tal... era como volver a soñar otra vez con el primer amor. Eras... bueno, eres preciosa. Increíblemente guapa. Yo creo que eso era uno de los factores que me hacían perder el control sobre mi mismo y comportarme como un crío y... bueno, sólo me quedaba una opción para sentirte cerca. Volví a mi ordenador, traté de ponerme la música alta para no pensar en mis gilipolleces y... desconecté. Se me pasó el tiempo volando haciendo tonterías... me había quitado la camiseta al ver las pesas e intentar obligarme a hacer alguna, aunque no estuve ni tan siquiera 3 minutos. Fui a la cocina a servirme un vaso de agua cuando sonó la puerta de la casa. 'Putos vecinos pesados', susurré mientras buscaba algo con lo que taparme el torso en vano. Volvió a sonar el timbre. 'En fin, que le den', y fui a abrir sin tan siquiera ponerme camiseta. Abrí la puerta. Sinceramente... estaba absolutamente convencido de que iban a ser mis vecinos pesados. En ningún segundo mi cabeza hubiera podido imaginar que no fueran ellos excepto... la cartera, el que arregla el ascensor o una vendedora de mierdas ambulante... creo que mi cara fue un absoluto cuadro cuando la abrí y estabas tú, con una sonrisa de oreja a oreja. Joder, en serio, otra sorpresa tan bonita en mi vida y... puedo morir feliz. Porque otra cosa no sé pero a bonita... pocas podrán ganarte nunca. 'Que me ha salido genial!!' decías bastante alto mientras no parabas de sonreír. Te acercaste a mi para darme un abrazo bastante sentido, sin ni siquiera darte cuenta que te había abierto sin camiseta. Yo me moría de vergüenza... un vecino tonto me da igual lo que vea, pero mi físico nunca fue una de las armas que pudiesen conquistar a las mujeres que me encantan. 'De verdad, gracias, gracias, gracias...' me susurrabas tras alejarte un poco de mis brazos y sonreirme. Me mirabas a los ojos, con ternura, con agradecimiento y con... no, era mi cabeza la que me estaba jugando una mala pasada, es la sorpresa la que me hace alucinar... no puede ser que en tu mirada también hubiera... hostiá! pero si estoy sintiendo algo dulce y húmedo en los labios. Coño! Me estás besando... y... son... perfectos. Una parte de mí se está despertando. Está empujando a patadas al crío que antes me llegó a dominar... 'gracias, gracias, gracias' seguías susurrando después de cada besito que me dabas. Simplemente eran suaves roces de mis labios con los tuyos. Además, con el ímpetu del momento me ibas haciendo dar pasitos hacia atrás hasta que topé con la cómoda de la entrada. 'Gracias...' me susurraste esta vez sin darme besos, mirándome a la cara con ternura, agradecimiento y... deseo. Sí, sin duda, era deseo esta vez. El Gino de verdad estaba despertando y... con él, volvía a comprenderte cada vez mejor. Sin ninguna duda eso era deseo... y a esa parte de tí le debía la vida. Subí las manos y las apoyé sobre tu rostro... y te besé. Nada de besitos suaves... te besé de verdad. Te besé con todas las ganas que llevaba meses acumulando. Te besé como si mi vida fuera en ello, como si cada uno de esos besos fuera a ser juzgados y si no te gustaban fuese condenado al purgatorio hasta el final de la mismísima eternidad. Te besé y sentí como tu boca se adaptaba a mí... como no tenía más que pensar en cambiar de lado para que tú sola lo hicieras, cómo entendías lo que buscaba sin ni siquiera darme tiempo a expresarlo... sentí cómo tus besos estaban hechos para mí, y como mis besos te gustaban tanto como a mí los tuyos. Nos volvimos a separar. Escasos centímetros, no te asustes; lo justo como para poder vocalizar algo coherente, pero sin atreverme a alejarme mucho con miedo a que salieses corriendo. 'Creo que ya me lo has agradecido de la mejor manera posible'. 'Otra tontería más y te prometo que me voy', sonreíste, es increíble esa sonrisa pícara que logras a veces. Adoro saber leer tu rostro, entenderte como pocos podrán atreverse a decir... '¿sigues sólo en casa?'. contraseña aceptada. Cargando la mejor parte de mí... lo habías conseguido. Simplemente se puede responder una cosa a esa frase. Sin separar mi mano de tu cintura para no dejar de sentirte cerca me moví para darle una patada a la puerta y que se cerrase. 'No, pequeña. Estás tú conmigo... ¿No crees? Como si hiciera falta alguien más...'. Te habías merecido otro beso... pero esta vez fue rápido, ya que de la mano te fui guiando por el laberinto de mi casa.

Surth
Yes, of course.txt
Porque, si hay musa... ¿Para qué más?

1 comentario:

  1. Nunca me cansaré de decírtelo... GRACIAS!
    Porque haces que todos los días merezcan la pena, sabes como hacerme sonreír y olvidar los problemas, simplemente... eres genial :)
    ¿Sabes? cualquier día de éstos me cojeré un tren que no pare en el Tejar y, sí, oirás el timbre de tu casa, abrirás con desgana y me tendrás ahí suplincándote (como una gruppie) que por favor me dejes pasar. No diré nada más, sé que pensamos lo mismo, sería tan absurdo como hablar en voz alta cuando estás a solas. Quiero cumplir mi promesa de hacer que la distracción favorita de tus vecinos sea colocarse bajo tu dormitorio y tratar de intuir nuestros juegos, quiero hacerte tal provisión de caricias hasta que quedemos saciados. Nuestras niñadas podrían no haber acabado nunca porque entre mis mil acciones censurables siempre te quedas con la más inocentes, para no sonrojarme demasiado.
    Y... una vez habituada a tus labios sé que no podré pensar en ningún otro placer.

    PD:Sabes que lo mio son los textos cursis :)

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