4.3.10

Calor

Siempre hay una chispa que te alegra el día. El detalle que da color a un día y lo diferencia de otro, la razón que hace los días medianamente llevaderos. Basta con unas palabras cariñosa, una mirada furtiva, un mensaje inesperado al móvil, una risa a deshora contagiándotela sin saber porqué. Basta con tonterías, una notita perdida en el bolsillo, una carta que se cayó del cajón, una caricia aparentemente inocente, una falda rebelde que se sube, una ayuda cuando no te dignabas a pedirla, una amiga especialmente cariñosa... siempre hay algo que es capaz de compensar cualquier día de mierda, cualquier mal recuerdo, cualquier asco de vida. Un beso muy cerca de la mejilla, un kitkat escondido, una llamada de teléfono... porque si algo está claro, es que tu voz me tranquiliza. Porque los días ganan algo más de color. O de calor, no sé muy bien.

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