25.8.09

Cerré los ojos.

A ratos íbamos de la mano, como sin darnos cuenta. Reíamos, bromeábamos, y nos cogíamos la mano. Como si ninguna de las tres cosas fuera más importante que el resto. A veces te abrazaba desde atrás y... bueno, digamos que era una noche que no quería estropearla con la faceta de mí de la que ya empiezas a estar harta, y te lo prometí nada más irte a buscar: 'Hoy serás la princesa que toda chica desea ser por una noche. Y yo... seré tu sueño'. No creo que lo haya cumplido pero... no será por falta de ganas y de intentar currármelo. Te abrazaba, se me escapaba un beso a la mejilla, uno suave en el cuello, jugaba con tu pelo... hasta que nos sentamos en un banco. Ya lo necesitábamos, llevábamos mucho rato andando, pero en el banco no podía ponerme de lateral como a mí me gustaba. Seguimos hablando y riendo, y en un momento de silencio en el que necesitaba mirarte simplemente... me sonreíste. Me miraste sonriendo con esa sonrisa leve que se te pone durante todo el rato que estás conmigo, tratando de advertir que de verdad lo estás disfrutando pero no es humano aguantar con una sonrisa marcada durante toda la tarde que te he hecho reir. Es una sonrisa traviesa, divertida... preciosa. 'De verdad... estás consiguiendo que esta noche sea un sueño para mí'. Estábamos los dos mirando al mismo lado, no nos podíamos poner de lado asi que nuestros cuerpos apuntaban a la misma dirección y nosotros teníamos la cabeza ladeada. Apoyaste tu mano en mi rodilla. 'me haces muy feliz... y me da miedo no ser capaz de hacerte tan feliz a tí. Te pido que esperes, te pido que no hagas eso, que lo hagas lo otro... y tú a cambio no pides, sólo das'. 'Sabes que no es verdad, peque... sabes que tú también sacrificas mucho'. 'Pero no lo suficiente, tú te mereces más! Y... y... te lo voy a dar'. Sonreiste decidida y me diste una palmadita en la pierna. 'Sí, te lo voy a dar. Creo que te conozco lo suficiente como para saber hacerlo y... qué cojones, hoy te mereces el mejor regalo del mundo'. 'No hace falta que...'. 'Calla cuando hablan los mayores, coño! Pienso darte un regalo genial y... cierra los ojos'. Te miré incrédulo. 'Pero...'. 'Cierra los ojos, he dicho'. Necesitaba darle un último vistado a tus labios antes de cerrarlos. 'Cierra los ojos y no los abras hasta que te lo pida. Soy la princesa, ¿No? Pues no cuestiones'. Y así hice. Cerré los ojos.

Fragmento de 'Y voy del palo.txt'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario