- ¿De verdad crees que no eres atractiva? Es una tontería que digas eso mientras no consigo quitarte ojo de encima. De verdad, es como darme una hostia en la cara llamándome mentiroso... porque me embelesas. Esa es la palabra. Me pierdo entre los rizos de tu pelo como si de la mítica Medusa se tratase; como si no existiese más paisaje que observar que la constelación de lunares que se pueba tu espalda, tu escote... anda, empiezo a desvariar, pásame otra copa de Martini.
- Pero....
- Ya que empiezo a desvariar, tal vez con algo de Martini vaya mejor. Quiero conocer hasta dónde llega mi imaginación.
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