Si estás cansado no puedes pensar

Izquierda. Derecha. El ritmo de los latidos aumenta poco a poco, gradualmente y acompasado por el ritmo que marcan las zapatillas sobre el asfalto. Bueno, sobre el asfalto, gravilla, acera y césped; ya que me niego a pararme ante nada. Nada exageradamente exhaustivo, lo suficiente para dar la sensación que no estoy caminando y para lograr aguantar todo lo posible. Necesito aguantar todo lo posible. Si corres, no piensas. Y si no piensas... eres más feliz, ¿Sabes? Lo poco que puede llegar a asimilar tu cabeza es el tintineo de las estrellas, cómo evitar los coches, cómo no pisar esa mierda de perro o cómo está esa chica de ahí con la faldita blanca... sí, se disfruta de no poder pensar en nada más. Izquierda. Derecha. Hasta que me quemen los músculos de las piernas. Día sí, día también. Bueno... noche sí, noche también. Si estás cansado no puedes pensar, sólo puedes dormir... Izquierda. Derecha. Me conseguiré olvidar de todo. Izquierda. Derecha.

¿De quién cojones va a ser?
Si está mal escrito.