Recuerda, no se puede “hacer” que una mujer tenga un orgasmo. Como hombre, puedes estimularla, excitarla y decirle palabras sexy, pero si crees que su orgasmo depende totalmente de ti, te deslizas peligrosamente por una cuesta que acaba en la frustración sexual para ambos. Los orgasmos femeninos dependen de una compleja combinación de factores mentales, físicos e incluso emocionales.
Si se siente presionada por tu parte, es muy probable que no llegue al orgasmo, o incluso que sienta la tentación de fingir, y ninguno os vais a sentir bien con ello. Si, por otra parte, tu comportamiento indica que lo único que quieres es darle placer, se relajará y ¡las posibilidades serán ilimitadas!
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