-Oh querido -se burló Esterad-. Así no se puede argumentar. Los tratados son como el matrimonio: no se los hace pensando en traicionar, y cuando se los hace, no se sospecha. Y al que no le guste, pues que no se case. Porque no se puede ser cornudo sin estar casado, pero reconocerás que el miedo a los cuernos es una explicación triste y bastante ridícula para un celibato obligatorio. Y los cuernos en el matrimonio no son un tema para reflexiones del tipo qué pasaría si... Mientras no se llevan cuernos, no se toca ese tema, y si se llevan, entonces no hay de qué hablar. Y hablando de cuernos, ..."
La Torre de la Golondrina
Confía, gilipollas de mierda.
Es lo único que tienes,
cuídalo porque te arrepentirás
cuando estés solo de nuevo.
Repito: GILIPOLLAS.
Me encantan tus autocríticas, gilipollas de mierda. :)
ResponderEliminarYa sabes, confia y cuídalo!