24.2.10

Olerlo

-¿No eres capaz de olerlo? Es difícil de describir... huele a sudor, al restos de tabaco en la ropa, al alcohol de tu aliento y a las hormonas desbocadas. Huele a sexo y a los ligeros toques que quedan de tu perfume después de una noche de arrimarte a mil hombres. Huele a gente, a mi colonia de tantas veces que me acerqué a tí esta noche, a ese champú dulzón que usas cada jodido día. Pero sobretodo... huele a sexo. Huele a vida. Huele a que te voy a partir en dos cuando termines de quitarte esas bragas. Huelen tus gemidos, de lo alto que vas a gritar. Huele a la vaselina del preservativo deslizándote entre tus dedos, a tu pelo cuando mis manos lo agarren y tiren de él como si de riendas se tratase, huele a tu carmín dejando aroma y rastro por cada palmo de mi piel concentrándose donde más te necesito... huele a tu coño. Huele ácido... pero no sé si soy yo o eres tú. Huele a goce, a satisfacción... a vida. ¿No lo sientes? Huele tan fuerte que me despertaré cachondo al seguir sintiendo este olor... que se embriaguen las sábanas con él, y no pueda volver a dormir en esta puta cama sin estar empalmado de recordarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario