y...
y...
no. Me niego. ¿Tirar la toalla? Imposible; eres... demasiado. No podré competir con él, pero podré complementar lo que no sea capaz de darte. No tendré armas para ser el mejor, pero haré que merezca la pena el tiempo que me dediques. No te haré feliz... pero nadie deseará tanto como yo que seas feliz. Nadie. Nunca. No hago las cosas bien... pero... ¿quererte? Como el que más.
Odio cuando todos mis esquemas, mis decisiones, mis reflexiones se derrumben en el mismo instante que vuelves a abrir la boca para dirigirme la palabra. Odio que me mantengas con la esperanzas. Odio que... nah, ni yo me lo creo; adoro que seas como eres, tan odiosa. Sólo espero que mi deseo se cumpla.
Surth
Sólo espero que no sigas
leyendo lo que escribo aquí...
Hay cosas que se saben;
no merece la pena estarlas
recordando siempre
leyendo lo que escribo aquí...
Hay cosas que se saben;
no merece la pena estarlas
recordando siempre
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