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Mi rodilla entre tus piernas
Esa noche empezó a ser más perfecta. El primer beso fue un mero roce de labios. Nos separamos un poco, lentamente, te miré de nuevo a los ojos y los cerré para volver a besarte. Este beso no tuvo nada que ver con el otro... eras tú, mi musa, la chica más atractiva que conozco, la chica de mis sueños. ¡No soy tonto! ¡No voy a desaprovecharlo! Ese beso desbordaba pasión, al igual que el siguiente, y el siguiente... aunque cada beso era único, cada uno era perfecto. Dejamos de lado las palabras para usar el lenguaje de las caricias. Tu boca se entretenía con la mía, sólo nos quedaba ese lenguaje... y creo que entendías todo lo que te decía. Te besaba. Te había dejado caer sobre la cama y te besaba mientras mi mano se apoyaba en tu cadera y subía poco a poco... hacía un poco de presión y me dejaba llevar. Cada beso interminable se me hacía corto... y dejé de pensar cuando sólo olía a ti, cuando sabía a ti, cuando me dí cuenta que vivía en un sueño... y, como en un sueño, tú disfrutabas. Mi mano llegaba a tu hombro, y recorría poco a poco tu brazo hasta llegar a tu mano... la acaricié, jugué con tus dedos, y volví, poco a poco, hacia tu pecho... mi cuerpo estaba sobre el tuyo, mi rodilla entre tus piernas; mi mano sobre tu pecho, rodeándolo con miedo a no poder tocar; mi boca pegada a la tuya; nuestras lenguas bailando con pasión... pero mi mano no aguantó más. Jugué con tus pechos, mi cuerpo se acercó más a ti, mi rodilla entró un poco más en ti... parecía que disfrutabas. Me alejé poco a poco de tu boca... fue lo que más me ha costado en la vida, pero necesitaba morder tu cuello. Lo hice levemente, casi con delicadeza, 'No seas tonto', oí a mi lado que me susurrabas... y eso me enloqueció más aún. Te mordí con fuerza, mi mano bajó por tu vientre, recorrió la cintura en el límite con el pantalón. Jugué con tu vientre poco a poco, bajo la ropa, rozando tu suave piel, imaginando el recorrido mientras mis ojos estabas cerrados porque te seguía mordiendo... me di cuenta que era una estupidez. Me alejé para observar tu cuerpo, para observar lo que me estaba perdiendo por tener los ojos cerrados... me dí cuenta que era mejor que en mis sueños.
'Espero que me perdones... tú sólo cierra los ojos y disfruta'. No pude controlarme. Volví a besarte. Mis manos recorrieron tu cuerpo bajo la ropa hasta notar tu sujetador. No pude evitar jugar con tus pechos como en mis sueños. La noche, poco a poco... era más perfecta. Me quité de encima tuya para tumbarme bocarriba a un lado, y tú te fuiste acercando con un poco de miedo hasta ponerte sobre mí, como en mis fantasías, notando con tu entrepierna como me alegraba de estar así, y pegada a mí para poder notar tu respiración...
Desempolvando. ^^.
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